El fuego se consume lento,
devorando lo mucho o poco a su paso.
Mis neuronas una a una van formando movimientos,
lentos y espontáneos.
El acordeón lleva el ritmo.
¡La gente tan viva!
¡Tan inerte!
Inunda su voz y se le agradece
Las montañas se aglomeran y permanecen quietas
vigilando todo los movimientos del lápiz.
Abundantes cantidades de Co2 se disipan paulatinamente.
El organillero se desplaza por la calle,
hasta que su música desaparece.
Otra vez las neuronas vuelven a su sitio...
[El fuego consumio el cigarro]